El ejercicio del derecho es muy complejo, porque implica representar y defender
derechos que no son propios, sino que se actúa en nombre de otro; en cuyo
desarrollo, se debe mantener al margen las emociones e intereses particulares y
actuar en función de sus argumentos, estudios, conocimientos y pericia para
ejercer la mejor defensa al justiciable...en este sentido decidí ser abogada y
no me arrepiento de ello, porque busco ser humanista porque la igualdad y
equidad debe imperar para todos.
No me derrumba la adversidad ni el caos, porque
en ellos me hago más fuerte y es cuando más quiero saber y aprender. El
resultado de un juicio no incide en mi felicidad, pero sí me genera satisfacción
el saber que hice mi mayor esfuerzo, que le dediqué el estudio que ameritaba,
que le puse empeño y lo asumí con el mayor respeto y seriedad.
En tal sentido,
no es una sentencia la que me genera felicidad, es el proceso, el ejercicio de
la profesión lo que me da alegría, entusiasmo, ganas de avanzar. Es la pasión
que tengo por el derecho lo que me permite hacer a un lado las observaciones al
Sistema de Justicia, luchar por el cumplimiento de las leyes y expectar por una
Administración de Justicia idónea, ajustada a derecho en todas sus etapas e
Instituciones.
Después de más de década y media siendo abogada, puedo decir con
orgullo que sí me hace feliz serlo.
Comentarios
Publicar un comentario